Ilusiones

(Con la amable condescendencia de R. B.)

Creo que todos sabemos que es una Ilusión. Pues bien, confieso que yo creí que vivía sin ilusión alguna. No me refiero a la ilusión de ganar el domingo, de ser elegido para ese puesto, de obtener el favor de cierta señorita, de llegar a fin de mes con el sueldo.

Digo que la Ilusión debe tener el condimento de ser un objetivo casi inalcanzable. Por eso siempre sospeché de la frase "su ilusión se hizo añicos". La ilusión es eso que, por estar hecho añicos de entrada, hemos elegido para pegar pacientemente sus piezas, casi infinitas, sin saber siquiera si están todas.

Ilusión es marchar a la batalla perdida, como el Ragnarok, es el beso que damos sabiendo que jamás volverá. Es despedir los minutos sabiendo que no tenemos la Eternidad. Es entregarse a la persona amada y no saber que esperar.

Venir de ningún lado, sin buscar un lugar donde ir. Ver amaneceres de sal y atardeceres de fuego. Y, tal vez, Vencer la desolación del sinsentido, al mando de una gloriosa nave.

No sé si está en vos, si está en mi, o si está en alguien por venir. No sé si me pertence, la robé, o la tomé prestada. No se si la devolveré al entrar a Valhalla.

Mi Ilusión es subir a ese bote, para navegar el mar del Destino, confiado en llevar solo lo indispensable para la Vida: Fe, Amor y Esperanza. Visitar mil puertos, y cantar hermosas historias.


"Pero como yo no podía cantar por fuera, comencé a cantar por dentro."
José Mauro de Vasconcelos - Mi planta de naranja-lima


PD: respecto a la referencia, todavía conservo cierto resentimiento a la persona que me dió por primera vez este libro, a los ocho años; creo que me tomé a pecho lo de "un niño que un día descubrió el dolor", dado que tan bien venía escondiéndolo en llantos silenciosos debajo de las sábanas.