Cadenas de libertad

Encadenado a mi libertad, te busco errante de dicha, en cada gesto amable, para mi placer; en cada adversidad, para renacer, ayuno de pesar.

Eternos eslabones de gracia sin día, ni noche, enhebran tu recuerdo a mi sombra, cosiendo sin aguja nuestros destinos.

Elijo recorrer estos días arrastrando la pesada carga de tu ausencia, en lejanas celdas de hierro, hacia el coral de tus labios, con la acerada e inmensa fuerza de tu recuerdo.

Me condeno a vagar libre, amarrado a tu costa infinita, preso de tu amor y de mi deseo; soy libre de navegar tu mar y tus tormentas, atado al mástil que señala tu gloriosa morada de luces y sombras.

Soy el amo de tus silencios, el esclavo de tus palabras, Señor de tus sueños, un siervo de tus pasos.

Ceñido a tus sinuosidades, voy ebrio de locura, buscando una razón. Clavado al brillo de tus ojos, enceguecido de pasión, me libero.


Para que sirve la libertad si no es para elegir ser libre de amarte.