sábado, septiembre 30, 2006

El mail de Carlos


Rescataste tardes de sol, en el viejo patio del mástil.

Las aguas del recuerdo corrieron libres, de nuevo. Una catarata de emoción asomó por mi rostro.

Nos animábamos a soñar con un arcoiris tenue sobre la bruma levantada por las botas, sobre un horizonte que aún dolía desde el 2 de abril.

Donde hoy hay palomares de categoría, levantamos parquet y mármol, para recuperar los pasos cansinos, enfundados con saco y corbata, olor a cigarrillo clandestino y aroma de caña, o imitaciones más económicas de aguardientes de diversa índole, alcoholes infames comprados haciendo malabarismos monetarios. Éramos los Reyes sin corona, éramos la Legión Extranjera de Belgrano, éramos del Roca.

Risas, alguna lección memorizada a último momento, los planes de fuga por el paredón frente al Partenón. Nuestra sanata al estilo Borges y Álvarez. El piletón del Barrio Chino surtiendo agua para apaciguar los calores del blazer azul. Nosotros surtiéndonos con "los otros" en ese mismo andurrial apartado. Los amores furtivos con la de Biología, mientras traicionaba el recuerdo de la de Psicología, y la de Francés. Los partidos de truco, dados y póker en la hora de Inglés. Era Las Vegas sin bailarinas, era el Caesar Palace sin Don King, era el Roca.

Ya no estaba Leo, que nos había dejado, involuntariamente, para experimentar los bemoles de la propuesta educativa nocturna, por sugerencia del Ministerio. Siempre será de los nuestros, siempre será del Roca.

Dejame contarte que yo también he transitado por oficios y actividades varias, mientras trataba de no dejar mal parada la gloriosa 5to 4ta, siendo que nadie había abrazado la ciencia o la técnica (algunos abrazaban los estaños de Barrancas, otros los bienes ajenos, los menos las caderas de las señoritas voluptuosas que pasan por la calle) No estaba taaan loco para arruinar mi aparato genital siendo astrofísico, ni quería suicidarme socialmente como ingeniero nuclear, asi que decidí batallar contra la UBA para quitarle un título de Ingeniero Electrónico (no se porqué las mayúsculas), no tanto por tratar de emular a héroes como Faraday, Huergo, Widlar y Mc Gyver, como por la dificultad de la empresa en sí misma. Finalmente, fui coronado con el éxito y una cartulina que yace enrrollada en algún lugar de Vicente López, a salvo de curiosos.

De mi lucha por la subsistencia, he conservado cierta simpatía a los finos hábitos delictivos; de mis años de universidad, también. Del ejercicio de la profesión, he debido modificar mi CV: Profesión: Ingeniero, Hobbies: Escritura, artesanías (digámoslo así) Ahora es exactamente al revés, aunque mis empleadores insistan en lo contrario, lo que me acerca al summun del Crimen Perfecto. Y a Roberto, con quien espero encontrarme en Madrid, de paso hacia Holanda (lo dicho, esta gente insiste en que me capacite en "lo último"... ¡por Dios!)

Me estoy quedando sin tinta, por lo que prometo proseguir luego de comprar cartucho para mi Sheaffer. Si tardo no te preocupes, es que no sé que ha sido de la librería de la esquina. Pero donde sea que la haya arrastrado la Municipalidad, la Historia, o la Física Cuántica, fué, es y será del Roca.

Como nosotros, ¿no, Carlos?

4 comentarios:

A Marte dijo...

Precioso!

Saluditos

Fantomas dijo...

¡Bienvenida!

Gracias a ambas, jeje.

Fantomas

Naty dijo...

5º 4º!!! Salí del mismo curso, diferente establecimiento, diametralmente opuesta elección de futuro... pero, palabras más palabras menos, señor, he ahí mi passe

Saludos

Naty

Fantomas dijo...

Seguramente salí un par de años antes que vos, jeje ;)

Agradecido por tu visita.

Fantomas