viernes, septiembre 22, 2006

Calambres en el Alma, o Anfisbena

Confieso que en uno de mis más recientes crímenes he falsificado la identidad del que supo ser el blogger Calambres en el Alma. Y peor aún, lo he absorbido en la forma de Fantomas.

A propósito, la Anfisbena o Serpiente de dos cabezas (del griego "que va en dos direcciones"), ha sido víctima de la misma duplicidad de la que la acusan. Hay referencias sumamente negativas, como la del señor Plinio, que dicen que dijo: "la pesada Anfisbena, que lleva dos cabezas, como si una no le bastara para descargar su veneno". Otras referencias hablan de su capacidad de curar o mitigar la artrosis, los sabañones, los resfríos, y de favorecer el buen término de los embarazos.

Sir Thomas Browne negó su existencia, Brunetto Latini la incluyó en su enciclopedia.

En el mismo plan de duplicación, goza de nombres como Amphista y Amphivena.

Se puede encontrar referencias que buscan dar con la verdadera Anfisbena, en otro intento de derrumbar un animal de la mitología fantástica. Realmente, dan pena. Mi única referencia seria es el libro de Borges. Es suficiente para mi espíritu.

¡Cuantos de nosotros vamos, como ella, corriendo con ligereza en dos direcciones, podemos morder con ambas cabezas, tener los ojos como brasas!... Y no hablo de una simple y vulgar esquizofrenia. Como el símbolo legendario de los Illuminati, podemos dar vuelta las cosas como nos acomode. Pero la realidad no cambia.


Falsificaciones ascendentes, descendentes, horizontales, dolinescos trazos que intentan justificar lo rápido que aprendemos, lo fácil que nos adaptamos. Y en el intento, podemos lastimar, y ser lastimados.

Héroes y villanos, perdón y venganza. Espejos enfrentados. Amor y locura. Dos cabezas de la misma Anfisbena.

El Crimen Perfecto no es un asesinato ni mucho menos; puede ser una simple mentira, una media verdad o verdad a medias, que merezca el perdón de un Alma piadosa. La prueba de Humanidad más Sublime.

Con permiso, me faltan doce claves para la bóveda de Valhalla, y las prometí para mañana.


1 comentario:

Fantomas dijo...

También me daba cosa dejar solita a la anfisbena... y a Calambres en el Alma.

Les traje de comer chicos. Que sigan difrutando de la olvidada eternidad digital.